El cáncer de tiroides es un tumor maligno de crecimiento localizado dentro de la glándula tiroides. No es un tipo de cáncer común. Sólo 1 de cada 100 tumores corresponde a este tipo.
Existen diferentes tipos de cáncer tiroideo, del 65% al 80% son diagnosticados como cáncer de tiroides papilar, del 10% al 15% como folicular , del 5% al 10% como medular , y del 3% al 5% como anaplásico .
El cáncer de tiroides es más probable que ocurra entre quienes han sido sometidos a radioterapia en la cabeza, cuello, o tórax, durante la niñez. La radiación fue utilizada comúnmente antes de 1960 para reducir amígdalas crecidas o adenoides, para tratar varios problemas de piel (tales como el acné), y para reducir el timo agrandado (un órgano interno del tórax) en los niños. El cáncer de tiroides es también más probable que ocurra si tiene un miembro de la familia que lo ha padecido. También se postula que la carencia de yodo en la dieta podría ser un factor predisponente para el desarrollo del tipo folicular. Sin embargo, esta enfermedad puede ocurrirle a cualquier persona, sin necesidad de presentar estos antecedentes.El cáncer de tiroides es a menudo descubierto por los mismos pacientes. Pueden ver o sentir una protuberancia o nódulo en la parte anterior del cuello, o su médico puede notar un nódulo durante un examen físico de rutina.
Afortunadamente, la mayoría de las veces, los nódulos son benignos, lo cual significa que no son de riesgo para la vida, sólo 1 de cada 20 nódulos resulta ser maligno. De hecho, los nódulos benignos de tiroides (bocio nodular) son muy comunes. Se estima que pueden estar presentes en más de la mitad de la población, sin embargo, la mayor parte de ellos son tan pequeños que no son nunca descubiertos, ni por el paciente, ni por el médico.
Su doctor puede realizar un diagnóstico de nódulo de tiroides con muy bajo riesgo o molestias para usted. Examinará cuidadosamente su glándula tiroides en búsqueda de otros nódulos o de bocio haciendo presión en ella. Si encuentra nódulos hará una punción para extraer tejido a analizar para determinar la malignidad o no del nódulo.
Aún si resulta ser maligno, el nódulo tiroideo, en la mayoría de los casos crece muy lentamente. Es más, una vez que el paciente comienza el tratamiento, las perspectivas son excelentes. La mayoría de los cánceres de tiroides pueden ser extirpados totalmente mediante cirugía. Esta intervención, llamada tiroidectomía, extirpa total o parcialmente la glándula tiroides. La cirugía es generalmente seguida de tratamiento con yodo radiactivo para destruir tanto los "residuos" de células tiroideas normales, como de células cancerosas.
Se hace necesario tomar tras la operación hormona tiroidea para no caer en el hipotiroidismo.
Las perspectivas del tratamiento son excelentes ya que la mayoría de ellos pueden ser extirpados totalmente mediante cirugía. El mayor peligro de este tipo de tumor es que suele reaparecer tras su extirpación, por ello hay que someterse a controles periódicos si se ha padecido, los 5-10 años posteriores a la cirugía son críticos.
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